Fin de semana en Edimburgo: Diario de viajeros - #England2014
- lgbsoluciones
- 22 sept 2014
- 4 Min. de lectura
Reporte de Pilar Negrín desde Edimburgo.
Hola a todos! Aquí les escribo desde Cambridge para contarles la visita a Edimurgo, la capital de Escocia donde pasamos tres días increíbles.
El viernes nos levantamos a las 3 de la mañana, todos muy zombis, porque nos pasaban a buscar los taxis por nuestras respectivas casas para llevarnos a la parada del ómnibus que nos dejaría en Londres. Allí nos encontramos con Andrés, recién llegado desde Uruguay que se nos unió para acompañarnos en estos últimos 10 días del viaje.
Ni bien se puso en marcha el ómnibus, nos dormimos profundamente, todos de las formas más particulares, piernas sobre los posa brazos o sobre los respaldos de los asientos delanteros, cabezas en los asientos u otras piruetas similares para seguir durmiendo lo más horizontales posible.
Luego de 2 horas llegamos a Londres, bajamos del bus y nos tomamos un subte hasta la estación de King's Cross de donde salía el tren hacia Edimburgo.
Nos subimos al tren de a grupitos en diferentes vagones y a nuestro vagón también se subió un grupo de más o menos 20 mujeres de unos 40 y largos años, que aparentemente festejaban una despedida de soltera de alguna de ellas, bastante contentas y disfrazadas, celebraron bulliciosamente las 5 horas de viaje en tren impidiendo el sueño a casi todos. Afortunadamente yo me acosté en los dos asientos contiguos y dormí pese a las escandalosas británicas.
Llegamos a Edimburgo finalmente y fuimos en grupos de 4 o 5 en taxis al hotel donde nos asignaron nuestras habitaciones. La nuestra (con Paula, Isa Lepra y Valentina) era una habitación enorme y muy linda, con tres camas de plaza y media y una cama king size donde nos acomodamos con amplitud.
La primera tarde recorrimos la ciudad, caminamos por el centro y fuimos descubriendo los encantos de una ciudad que con su clima lluvioso tiene una belleza y misterio especiales. Esto la hace una de las ciudades más encantadoras de Europa, llena de callejones con adoquines, rincones algo tenebrosos, preciosos edificios y jardines, muchos museos y sobre todo una gente increíblemente agradable.
Cenamos en una pizzería devorando con voracidad lo que nos pusieron delante, haciendo honor a nuestra condición de adolescentes en crecimiento y volvimos al hotel para bañarnos y descansar. Pero eso sí, antes de acostarnos hicimos un tour interno dentro del hotel, yendo y viniendo de una a otra habitación, conociendo el alojamiento de los demás compañeros que estaban tanto en la puerta de al lado, como en otros niveles, para llegar a las cuales había que bajar intrincadas escaleras y recorrer pasillos y puertas para todos lados en lo que parecía un castillo medieval.
En nuestra habitación, las cuatro chicas madrugamos involuntariamente para sumar otra a las anécdotas del viaje. Sonó el despertador a las 3 y media de la mañana, pensamos que eran las 8 y media y que nuestro reloj estaría con la hora de Uruguay, por lo que nos levantamos para ir a desayunar. Cuando ya estábamos vestidas, con los dientes y la cara lavadas, nos dimos cuenta que 3+4 no eran 8, eran 7, la cuenta no nos estaba cerrando y además mirábamos por la ventana y era de noche. En conclusión el reloj tenia la hora de Reino Unido y nos habíamos levantado efectivamente a las 3:30. Después de reírnos mucho, así vestidas y todo nos acostamos a dormir hasta 8 y media para ir a desayunar.
El desayuno valió el madrugón, montañas de tostadas, café con leche, jugo de naranja y unos platos preparados a base de huevo revuelto, con jamón saltado y una especie de chorizo. Un abuso alimenticio!
En la mañana del sábado fuimos al castillo de Edimburgo, una antigua fortaleza hecha sobre una roca de origen volcánico en el centro de la ciudad y lo recorrimos todo, tuvimos acceso a habitaciones interiores del castillo en las que habían montado escenas con personajes a tamaño real de los reyes, de los palaciegos y de los ciudadanos y en cuyas paredes estaban escritas las historias de los personajes representados. Finalmente la mayoría aprovecharon para comprar algún suvenir de regalo y recuerdos varios.
A la hora de almorzar lo hicimos en un shopping en un restaurante tipo buffet donde aprovechamos a pedir el clásico fish and chip, el plato típico inglés, un pescado envuelto en una masa cocinada en grasa (con gusto a torta frita debo decir) y papas fritas. Les aconsejo comerlo con cuidado, ya que comiendo me trague una espina y no es una sensación agradable. Por lo demás estaba rico.
Para no perder la costumbre, cuando terminamos de comer tuvimos un rato libre y recorrimos las tiendas del shopping donde compramos algunas cosas más.
De regreso en el hotel tuvimos una hora y media para dormir una reparadora siesta antes de salir para hacer el tour del terror, en el que un "tour guide" disfrazado de Conde Drácula nos llevo por calles, callejones y escaleras oscuras de Edimgurgo en medio de relatos escalofriantes. En algunos lugares parábamos para que nos contara las historias de horror que habían pasado allí y cada tanto aparecían personajes a asustarnos, cosa que lograron exitosamente. Al finalizar el recorrido nos sacamos fotos graciosas con el tour guide y uno de los personajes.
Terminamos la jornada cenando en Subway y en el hotel tomando un exquisito baño de inmersión en la bañera llena de agua bien caliente.
La visita a esta ciudad maravillosa terminó la mañana del domingo, luego de un riquísimo desayuno, cuando emprendimos el camino de regreso. Pero esa ya es otra historia que les enviaremos mañana.
Seguimos en contacto. Hasta pronto!









































































































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